Mis imprescindibles: especial Ronda

¡Buenos días! Desde mis vacaciones de verano, que ya parecen tan lejanas, no había tenido oportunidad de preparar una de esas escapadas que tanto me gustan. El destino lo tenía claro desde el principio: Ronda. Hacía muchos años que no iba a este precioso pueblo de Málaga. Así que hace un par de semanas cogimos el coche y nos fuimos para Ronda dispuestos a redescubrirla.

Debo decir que me ha gustado todo y que me ha costado mucho trabajo elegir sólo cinco lugares para compartir con vosotros ¡Es que Ronda es genial! Espero que os guste mi selección y si tenéis oportunidad escaparos este pueblo blanco porque seguro, seguro que os gusta tanto como a mí.

–Alavera de los baños (Ronda). Este fue nuestro alojamiento elegido para la escapada rondeña y la verdad es que acertamos de pleno. Hotel muy pequeño pero con muchísimo encanto alejado del bullicio del centro pero a sólo diez minutos a pie de los principales monumentos.

–Aguas de Ronda. Reconozco que soy la tonta de los spa, así que cuando vi que al lado del hotel había un hamman…¡me faltó tiempo para reservar! Y es que darse un baño con vistas a la parte vieja de Ronda no tiene precio. Baño turco, piscinas templadas, masajes, sauna…Vamos, un sitio donde entré estresada y salí para irme a dormir de lo relajada que me quedé.

–Paseo de Ernest Hemingway. El afamado escritor norteamericano era un enamorado de Ronda y da nombre a un paseo imprescindible que bordea el Tajo y al Parador de Turismo de Ronda. Si vais, merece mucho la pena dar un paseo por allí, y por supuesto, disfrutar de las increíbles vistas de la Sierra de Ronda.

–Tajo o Puente Nuevo. Esta es quizás la postal más conocida de Ronda y lo cierto es que no me extraña. Desde arriba o abajo, el Tajo de Ronda impresiona y merece mucho la pena bajar por su ladera para contemplarlo justo desde abajo. Las vistas son espectaculares (y la cuesta también)

–Lechuguita. Fernando (Libros en el petate) me hizo un montón de recomendaciones gastronómicas y, aunque todas me encantaron, esta fue mi preferida. Bar pequeño, castizo, en al que puedes comer desde 80 céntimos. Una parada obligada para tapear y sentirte un rondeño más.

¿Qué os parece? 🙂