Buenos días 🙂 ¡Último lunes de septiembre! Ya toca despedirse del mes favorito de muchos y dar la bienvenida a octubre. A mi particularmente, octubre me gusta algo más que septiembre. El otoño ya se siente más, el calor empieza a desaparecer, apetece quedarse en casa con un libro…Así que aprovecho para recomendaros una novela que se puede leer en cualquier época, pero que, sin duda, apetece hacerlo con una vela encendida y un café o un té calentito cerca. Turno de Las uvas de la ira de John Steinbeck.
Distinguida con el Premio Pulitzer en 1940, Las uvas de la ira describe el drama de la emigración de los componentes de la familia Joad, que, obligados por el polvo y la sequía, se ven obligados a abandonar sus tierras, junto con otros miles de personas de Oklahoma y Texas, rumbo a la «tierra prometida» de California. Allí, sin embargo, las expectativas de este ejército de desposeídos no se verán cumplidas.
Las uvas de la ira de John Steinbeck es una de esas novelas que no sólo relatan una historia, sino que capturan una era y una lucha humana universal. Ambientada durante la Gran Depresión, la obra sigue a la familia Joad en su desesperada travesía desde las tierras áridas de Oklahoma hacia la promesa de un futuro mejor en California. Sin embargo, lo que encuentran al llegar es una realidad mucho más cruda: el trabajo es escaso, las condiciones son miserables y los sueños de prosperidad se desmoronan frente a la explotación y la injusticia social.
Desde que leí De ratones y hombres y La perla tenía pendiente ponerme con la gran obra del autor americano. No os engaño, tenía miedo que mis expectativas estuviesen por encima del libro, pero no, no hay expectativa que supere a esta pedazo de novela.
Lo que más me ha cautivado de este libro es la habilidad de Steinbeck para crear personajes inolvidables y complejos. Tom Joad, en particular, protagoniza un viaje interno de transformación que lo lleva de la desesperación a la resistencia. Pero cada miembro de la familia Joad tiene un peso y una profundidad únicos, desde la valiente y resiliente Ma Joad, hasta el idealismo quebrantado del joven Al. Todos ellos representan facetas de la condición humana, de las luchas colectivas y personales que enfrentamos en tiempos de adversidad.
Uno de los grandes aciertos de Steinbeck es la intercalación de capítulos que rompen con la narrativa principal y ofrecen una perspectiva más amplia del contexto social y político. Esto nos muestra las tensiones entre los ricos y los pobres, los poderosos y los desposeídos, tejiendo una crítica feroz contra un sistema económico que deja a millones en la miseria. En estos momentos, el autor se muestra tanto como narrador como cronista social, logrando que el lector se sienta parte de esta lucha desigual.
La prosa de Steinbeck es otro aspecto que destaca. Sus descripciones del paisaje árido y polvoriento, la sensación de fatiga que parece impregnar todo, se mezclan con momentos de lirismo casi poético. El simbolismo de las uvas, que aparecen como una promesa de prosperidad pero también como una metáfora de la ira acumulada por los oprimidos, es poderoso y recurrente.
A pesar de la dureza de los eventos que narra, Las uvas de la ira no es una novela completamente desoladora. Lo que mantiene a los personajes en pie —y al lector enganchado— es una constante sensación de esperanza. La capacidad de resistir, de unirse frente a la adversidad, de soñar con un futuro más justo, son temas que elevan la historia por encima del sufrimiento. El final, profundamente simbólico y conmovedor, es una muestra clara de la compasión y la humanidad que impregnan toda la obra.
John Steinbeck (1902- 1968) nació en Salinas, California. Estudió en la Universidad de Stanford y durante su juventud trabajó como bracero y recolector de fruta. Su primer éxito fue Tortilla Flat (1935), un relato entre picaresco y romántico sobre los emigrantes mexicanos establecidos en los alrededores de Monterey (California). En 1936 realizó para The San Francisco News una serie de siete reportajes que poco después publicó como Los vagabundos de la cosecha. En 1939 apareció su obra más famosa: Las uvas de la ira (Premio Pulitzer 1940) en la que se narra la triste historia de una familia procedente del empobrecido estado de Oklahoma que emigra a California durante la depresión económica de los años treinta; esta obra, recibida como un conmovedor documento de protesta social, fue adaptada al cine por John Ford en 1940. Entre su extensa obra literaria destacan también las novelas De ratones y hombres (1936), La Perla (1947) y Al este del Edén (1962), y guiones para películas, como el que escribió para ¡Viva Zapata! de Elia Kazan. En 1962, Steinbeck recibió el Premio Nobel de Literatura.
En definitiva, Las uvas de la ira es una novela que no solo se lee, sino que se experimenta. Es imposible no verse conmovido por la dignidad de los Joad, por su lucha contra la injusticia, por las preguntas que plantea sobre la naturaleza de la sociedad y la economía. Steinbeck no solo cuenta la historia de una familia; nos invita a reflexionar sobre nuestras propias responsabilidades y el poder de la solidaridad frente a la opresión.
Una obra magistral que os recomiendo sin dudar. Una lectura profunda, emotiva y tremendamente relevante aún hoy.
¿La has leído?
Editor: Alianza Editorial
Fecha de publicación: 2019
Colección: Narrativa Extranjera
Nº de páginas: 688 págs.
ISBN: 9788491813590
Precio: 13,50€
Comment
Buenas, Marina.
Excelente reseña. Para mí la protagonista de esta historia es Ma Joad: es la que mantiene la familia unida, siempre considerando una solución que los mantenga a flote a todos, y de alguna forma lo consigue, aunque cada uno va tomando sus propias decisiones. Es la columna vertebral de todos y cada uno de los personajes.
Es un libro muy duro, una crónica social real de tantas familias en aquella época, pero también porque después de tanto sufrimiento, al otro lado solo les espera más. Por eso es una historia muy incómoda, cuando la gente «de bien» no obtiene su recompensa
Besotes.