Buenos días 🙂 Mientras escribo esto, pienso que podría ahorrarme esta reseña porque no voy a aportar absolutamente nada nuevo. Publicada originariamente en 1847, esta novela lleva siglos seduciendo a lectores de todo el mundo y, claro, ahora vengo yo y os cuento lo se lleva años diciendo sobre esta novela. Así que ya os pido perdón porque voy a ser cero original pero la novela merece un hueco en este blog. Turno de Jane Eyre de Charlotte Brontë.
Dueña de un singular temperamento desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterio.
Jane Eyre de Charlotte Brontë es un clásico imprescindible que nos lleva por una travesía emocional y psicológica única. La protagonista, Jane, es una huérfana que crece en un entorno difícil, primero con unos parientes crueles y después en un internado donde conoce tanto la disciplina como la compasión. Sin embargo, su fortaleza de carácter y su anhelo por la justicia y la independencia se destacan desde el comienzo, preparándonos para una heroína que desafía los límites impuestos por su época y su situación.
Es en Thornfield Hall, donde Jane asume el papel de institutriz, donde la novela adopta una atmósfera gótica llena de misterio y secretos. Allí conoce a Edward Rochester, un hombre enigmático y complejo, cuyas interacciones con Jane oscilan entre la tensión y el afecto, formando una conexión que reta las normas de clase y de género. La relación entre Jane y Rochester es el centro de esta historia, y Brontë nos la presenta sin idealizaciones, sino con un realismo que explora las debilidades y contradicciones de ambos personajes.
La autora logra no solo un relato romántico, sino también una crítica a la situación de las mujeres en el siglo XIX, a través de una Jane que lucha por mantenerse fiel a sus principios en un mundo que intenta moldearla a la fuerza. Este clásico combina aspectos de la literatura gótica y de la novela de desarrollo personal, y destaca por un estilo narrativo cuidadoso, lleno de simbolismos que reflejan los conflictos internos y externos de Jane.
Charlotte Brontë (1816-1855) fue, de las tres hermanas Brontë, la mayor y más longeva, así como la que dispuso de más tiempo para entregarse a la literatura. Novela llevada al cine en varias ocasiones -aunque es especialmente recordada su versión de 1944, protagonizada por Orson Welles y Joan Fontaine-, Jane Eyre fue desde su aparición un éxito rotundo.
Más allá de ser una historia de amor, Jane Eyre es un testimonio de dignidad, una búsqueda de identidad y una llamada a la igualdad y el respeto. Es un libro que sigue cautivando a lectores modernos, pues invita a reflexionar sobre el papel de las mujeres y el derecho a vivir y a amar con libertad.
En definitiva, leer Jane Eyre de Charlotte Brontë ha sido una experiencia maravillosa y reveladora. Tenía esta obra pendiente y, tras sumergirme en ella, puedo afirmar que su poder sigue intacto. Jane es una de esas protagonistas que dejan huella, y Brontë ha creado un clásico único, capaz de emocionar y hacer reflexionar a cualquier lector, generación tras generación.
¿Lo habéis leído vosotros?
Editor: Alianza Editorial
Fecha de publicación: 2012
Colección: Narrativa Extranjera
Nº de páginas: 656 págs.
ISBN: 9788420664941
Precio: 10,90 €
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