El grito de la tierra de Sarah Lark

Tenía ganas de dar por finaliza esta trilogía que tan inestable ha sido en cuanto satisfacción lectora. Recordaréis que disfruté mucho con En el país de la nube blanca, es más, lo consideré uno de los mejores libros leídos en ese año. Sin embargo, cuando me decidí a seguir con las aventuras y desventuras de estas familias en Nueva Zelanda me di cuenta que La canción de los maoríes estaba lejos de gustarme tanto como su antecesor. ¿La razón? Pues que creo que se estira la historia hasta más no poder y tras leer El grito de la tierra tengo que decir que sigo pensando lo mismo: muchos libros, con muchas páginas, para contar historias que sí, están bien, pero no son nada del otro mundo. Aun así os invito a leer mis impresiones completas sobre El grito de la tierra de Sarah Lark pero tened cuidado si no habéis leído las entregas anteriores ya que se pueden desvelar datos importantes.

Volvemos a viajar a Nueva Zelanda pero esta vez ya en el siglo XX, concretamente en 1907. Si leisteis la anterior entrega recordaréis que allí se relatan las aventuras y desventuras de Kura y Elaine, las dos primas protagonistas de la segunda entrega de la trilogía. Pues bien, en esta ocasión son Gloria y Lilian, las hijas de ambas, los dos personajes más destacados de la novela. Por un lado, tenemos a Gloria quien vive tranquilamente en Kiward Station junto a su bisabuela Gwyneira, el marido de ésta James, y el hijo de ambos, Jack. Los padres de la joven, William y Kura, apenas si le prestan atención a su hija ya que hace tiempo que están de gira por media Europa cumpliendo así el sueño de Kura de ser cantante. Por otro lado, tenemos a Lilian, la hija mayor de Elaine (nieta de Gwyn y prima de Kura) y Timothy Lambert. Lilian es una joven alegre, vivaracha y risueña que vive junto a sus padres y sus hermanos en las cercanías de la mina donde trabaja Tim (sobre este tema se habla mucho en La canción de los maoríes). Pues bien, ambas, ¿primas segundas?, se embarcarán en una aventura que las lleva a Europa pero en la que corren distinta suerte.

Tengo muchas cosas que decir sobre este libro así que ¡vamos a ello! Como bien sabéis me gustó mucho En el país de la nube blanca y me aburrió otro tanto La canción de los maoríes (reseña aquí). Pues bien, parece que Sarah Lark ha tenido a bien reconciliarse, al menos parcialmente conmigo, y me ha hecho entretenida la lectura de la tercera y última parte de su trilogía. Os cuento. El grito de la tierra ha tenido cosas que sí que me han resultado altamente atrayentes y por ahí, por lo bueno, quiero empezar esta reseña.

Las dos protagonistas principales, Gloria y Lilian, tienen personalidades fuertes y eso las hace capaces de protagonizar un libro de tales características. Ambas son de personalidades bien distintas y eso queda patente desde el principio del libro. Además, Gloria sufre las miradas y los reproches de la gente que admira a su madre ya que la joven ni se parece a ella físicamente, ni tiene las dotes para el cante y el espectáculo de su progenitora. Y eso la hace sufrir pero también la hace una persona más fuerte. En cualquier caso, las acompañamos hasta Europa y vivimos con ellas los inicios de la adolescencia hasta que la trama da una vuelta inesperada y sus caminos se separan. Comienza entonces una aventura, sobre todo en el caso de Gloria, que entretiene y te hace mantener la atención en el libro.

Pero no sólo trata el libro sobre ellas dos ya que conocemos más en profundidad a Jack, el hijo de Gwyneria y James, y también seguimos estando presentes en el día de la granja, en los problemas de la matriarca con los maoríes o con algunos de sus trabajadores.

Hasta aquí lo que me ha gustado del libro, bastante resumido todo. Pero como os imagináis hay detalles que no me han gustado tanto. Veréis, aunque se agradece que al principio del libro haya un árbol genealógico con todas las ramificaciones de esta gran familia, no os engaño: os perdéis. Y es que hay tantos primos, sobrinos, primos segundos, nietos, maridos en primeras nupcias…que es difícil encontrarse en algunos pasajes. Además, y relativo a esto, hay que señalar dos cosas que me resultan llamativas. La primera es Gwyn, la auténtica protagonista de esta trilogía. Esta anciana de casi 80 años tiene ya ¡tataranietos! Sí, leéis bien. Y ya sé que en aquella época se tenían muchos hijos y a edades tempranas pero me choca que a principios del siglo XX una mujer viviera tantos años, y con tanta agilidad, como nuestra protagonista. Por otra parte, me ha dado la impresión de que Sarah Lark se “olvida” de algunos personajes. Sí, ya sé que si hablase de todos no tendría fin el libro pero igual que habla de Gwyn se podría mencionar a Helen o al matrimonio de Fleurette y Ruben. Ni rastro de ellos.

En definitiva y para ir resumiendo, os diré que El grito de la tierra de Sarah Lark me ha gustado más que La canción de los maoríes pero menos, bastante menos, que En el país de la nube blanca. Sinceramente pienso que hay tres libros donde podía haber uno y que hay muchas páginas donde podrían haber muchas menos. En lo que respecta al final del libro, y por ende, de la trilogía, diré que mantiene la esencia de todos los libros: un poco de culebrón, lágrimas y amor. Pero no está mal.

Y vosotros, ¿lo habéis leído? ¿Qué opináis?

Editor: Ediciones B

Fecha de publicación: 2012

Colección: Novela Narrativa Extranjera

Nº de páginas: 736 págs.

ISBN: 9788466652285

Precio: 21,50€