Buenos días 🙂 Lunes de nuevo, pero la energía es diferente cuando vengo a hablaros de uno de mis libros favoritos. Sí, sé que me repito. Porque es la segunda vez que lo leo y porque he perdido la cuenta de cuántas veces os lo he recomendado. Pocas son para ser el libro que es, también os digo. Turno de El camino de Miguel Delibes.
Daniel el Mochuelo intuye a sus once años que su camino está en la aldea, junto a sus amigos, sus gentes y sus pájaros. Pero su padre quiere que vaya a la ciudad a estudiar el bachillerato. A lo largo de la noche que precede a la partida, Daniel, insomne, con un nudo en la garganta, evocará sus correrías con sus amigos Roque el Moñigo y Germán el Tiñoso, a través de los campos descubriendo el cielo y la tierra, y revivirá las andanzas de la gente sencilla de la aldea. La simpatía humana con que esa mirada infantil nos introduce en el pueblo, haciéndonos conocer toda una impresionante galería de tipos, y la fuerza con que a través de rasgos frecuentemente caricaturescos se nos presentan siempre netos y vivos son dos de los mayores aciertos de esta novela.
La literatura española tiene en El camino de Miguel Delibes una obra maestra que refleja, con un estilo sencillo y directo, la complejidad de la vida rural y el paso de la niñez a la madurez. Esta novela, que es una de mis favoritas, la he leído dos veces, y en ambas me ha dejado la misma sensación de nostalgia y reflexión profunda.
El protagonista, Daniel el Mochuelo, es un niño que se enfrenta al inminente cambio que le espera: dejar su hogar para continuar su formación en la ciudad. A través de sus recuerdos y vivencias en el pueblo, Delibes nos sumerge en su mundo, en el que los pequeños acontecimientos cotidianos cobran una relevancia inmensa. El autor logra captar, con maestría, ese instante crucial en la vida en el que uno comienza a comprender que el mundo es más complejo de lo que parece y que, a veces, es necesario dejar atrás la inocencia para madurar.
Lo que más me impresiona de esta novela es la manera en la que Delibes consigue retratar ese momento de la vida en el que las certezas infantiles empiezan a tambalearse. La evolución de Daniel es magistralmente plasmada, desde su perspectiva ingenua hasta su crecimiento emocional, haciéndonos partícipes de sus dudas, miedos y aprendizajes. La narrativa fluye con naturalidad, y cada página está impregnada de una melancolía que se siente cercana, como si nosotros también hubiéramos pasado por esos mismos dilemas.
Además de Daniel, los personajes secundarios juegan un papel esencial. Cada uno de ellos representa un aspecto de la vida en el pueblo: desde los amigos inseparables del Mochuelo, Germán el Tiñoso y Roque el Moñigo, hasta los adultos que rodean al protagonista, como el herrero, el cura o la señora del ultramarinos. Todos ellos forman una comunidad sólida y bien definida que Delibes describe con un realismo admirable, mostrando tanto sus virtudes como sus defectos. Estos personajes aportan un contrapunto lleno de humor, ternura y en ocasiones tristeza, recordándonos que el mundo adulto también está lleno de contradicciones.
La naturaleza también ocupa un lugar privilegiado en esta novela. El paisaje rural, con sus montañas, ríos y campos, no es solo el escenario de la historia, sino un personaje más que influye en el desarrollo de Daniel. El contacto con la naturaleza es parte de su formación y de su vínculo con el pueblo, un lugar que siempre será parte de él, a pesar de la inevitable separación que lo aguarda.
Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) se ha caracterizado por poseer una producción literaria cargada de perspectiva irónica, de la que se aprovecha para denunciar las injusticias sociales y criticar a la pequeña burguesía. Sin embargo, su obra no se reduce a la mera denuncia social, sino que profundiza en la rememoración de la infancia y en la representación de los hábitos y el habla propia del mundo rural, muchos de cuyos términos ha recuperado para la literatura. Considerado uno de los grandes escritores españoles contemporáneos, su trabajo ha merecido numerosos galardones entre los que destacan el premio Nadal, el Príncipe de Asturias, el Nacional de las Letras Españolas y el Cervantes.
En definitiva, El camino es una novela que me resulta tan entrañable como conmovedora. La manera en que Delibes aborda la madurez desde la mirada de un niño es, en mi opinión, una de las más acertadas y auténticas que he leído. Es un libro que te deja pensando, con una mezcla de nostalgia y cariño por esos momentos de la infancia que, aunque distantes, siempre permanecen en la memoria.
Recomiendo esta novela a todos aquellos que disfruten de las historias que, a pesar de su sencillez, logran calar hondo y hacernos reflexionar sobre nuestra propia vida y crecimiento.
Una vez más, gracias.
Editor: Austral
Fecha de publicación: 2022
Colección: Narrativa Española
Nº de páginas: 208 págs.
ISBN: 9788423361519
Precio: 12,95€
Leave A Reply