De la pantalla del ordenador, a las calles de Sevilla

Hace cosa de dos años se organizó una quedada bloguera en Málaga. Ese día por fin pude ponerle cara a dos compis virtuales que hoy son amigas: Marilú y Meg. Risas nerviosas, gusanillo en el estómago y muchas ganas de conocer al resto de blogueros que iba a acudir a la cita: Marga, Pilar y Marina. Pero, lo dicho, de eso han pasado ya cosa de dos años…

Sábado, 06,30h de la mañana. Suena la alarma del móvil. Los pasos de autómata son los mismos que realizo entre semana solo que el sábado había una pequeña diferencia: había que darse prisa para coger el tren. Vivir cerca de la estación no nos libró a Marilú y a mi de una regañina mañanera por parte de la socia madre. Destino: Sevilla. Se palpaba el sueño en el ambiente pero no dejamos de hablar en todo el trayecto. Teníamos ganas de poner cara y voz a nuestros amiguetes sevillanos y de volver a ver a la bloguera más maja de todo Palma de Mallorca.

Y dieron las 10.30h…Y allí estaban ellos: Marga y Fernando. “Oye pues no tienes acento sevillano”, le soltó Marilú al anfitrión. “Bueno si quieres puedo ponerlo” Y ahí se rompió el poco hielo que había que terminó de diluirse en el desayuno.

                             Librería Beta

Siguiente parada: la librería Beta. Y aquí fue donde Fernando puso a prueba la paciencia de Rocío, Meg para los internautas. La famosa librería sevilla situada en la céntrica calle Sierpes estaba ubicada en un antiguo teatro lo que le daba un encanto añadido. Y he dicho estaba porque, para pena nuestra pero sobre todo de Rocío, Beta ahora estrena nuevo enclave en la misma calle pero ha perdido ese genuino encanto de ser un espacio único y especial.

Birlibirloque se convirtió en la siguiente parada y en una palabra imposible de pronunciar en según que ocasión. De esta me gustó su toque alternativo, su enorme pizarra llena de mensajes literarios y sus póster en los que se puede ver que leer es muy sexy. De visita obligada si vais a la ciudad. Y de allí a plena Alameda sevillana donde Fernando nos dio unas rápidas pinceladas históricas del lugar hasta llegar a La Extravangante. Una librería pequeña pero con mucho encanto. Allí algunas pecaron y se hicieron con algún libros y otras, como una servidora, soñaron con tener algún día un espacio en casa tan acogedor como ese para tener sus libros y leer.

Sí, sé que echáis en falta a la anfitriona. Pero es que Marisa nos estaba esperando en un restaurante cercano 🙂 El estómago ya pedía su momento y los regalos empezaban a pesar. Libros de Más Libros Libres, una asociación de Málaga que aboga por la gratuidad de la cultura y en este caso de los libros, fue la sorpresa de Rocío: un libro para cada uno de nosotros. La buena de Marilú nos sacó a todos una sonrisa con un imán que ya decora nuestras neveras y que dice una gran verdad: un beso todo lo cura. Los amiguetes sevillanos y una servidora optaron por abultar, más aún si cabe, la colección que todo lector tiene de marcapáginas ¿verdad?

Y nuestra siguiente parada fue La Mercería, ese lugar con encanto en el que los compis entrevistan a muchos autores y nos ponen los dientes largos a los demás. Hora del café, de las tartas, de las fotos, de los cotilleos, de los momentos cómplices y de las promesas de volver a vernos muy pronto.

No todo terminó ahí. A nosotras aún nos tenía el destino guardada una jugarreta en el tren de vuelta a Málaga. Nos reímos como nunca y eso que el ambiente estaba bastante cargado. No, no voy a contar más. Ese momento se merece, como mínimo, un Cajón desastre especial en el blog de Marilú.

Gracias por ese estupendo día chicos 🙂 Deseando repetir muy pronto…!!