Buenos días de lunes 🙂 Empieza una semana loca para mí con trabajo previo a las vacaciones, cierre de campañas, un curso que tengo que impartir y mil cosas más. Espero y deseo tener tiempo para leer pero no lo tengo muy claro, la verdad. Lo que sí sé es que os traigo una muy buena recomendación. Turno de Nieve en otoño de Irène Némirovsky.
La anciana Tatiana Ivanovna ha dedicado toda su vida a servir a sus señores, los Karin, a quienes ha visto nacer y crecer en la mansión de Sujarevo, en las inmediaciones de Moscú. Cuando la familia se ve obligada a huir por la Revolución de Octubre, la fiel criada termina por reunirse con ellos en París, donde, a pesar de que los Karin han perdido su posición social y su fortuna, continúa a su servicio en el modesto apartamento en que residen. Supervivientes de un mundo perdido, los Karin y su sirvienta necesitarán olvidar para salir adelante, pero la vieja Tatiana nunca deja de soñar con su tierra natal, ni de sufrir para adaptarse a la vida en un lugar donde las primeras nieves no llegan hasta pasado el otoño.
Con Nieve en otoño me he adentrado por primera vez en el universo literario de Irène Némirovsky, y no podría estar más satisfecha con esta elección. Esta novela corta, publicada originalmente en 1931, consigue condensar en poco más de 100 páginas una historia profundamente humana, emotiva y cargada de simbolismo.
La protagonista, Tatiana Ivanovna, es mucho más que una criada leal al servicio de una familia aristocrática rusa. Es la personificación del apego a un mundo que desaparece irremediablemente, arrasado por las revoluciones y el tiempo. Su vínculo con la familia y, en especial, con el pequeño, le otorga a la novela un núcleo emocional que conmueve desde las primeras páginas. La autora logra plasmar con gran maestría la decadencia de una época y el desarraigo, no sólo físico sino también emocional, que afecta tanto a Tatiana como a los demás personajes.
La escritura de Némirovsky es elegante, precisa y tremendamente evocadora. En Nieve en otoño, la nieve no es solo un elemento climático, sino también un símbolo del paso del tiempo, de la frialdad que se instala en el alma de quienes han perdido su lugar en el mundo. Esta capacidad de transmitir tanto en tan pocas palabras es lo que hace que la novela resuene en el lector mucho después de haberla terminado.
El libro fue comentado el mes pasado en el club de lectura feminista Ellas Escriben, y fue un tema de conversación fascinante. Discutimos cómo Némirovsky logra capturar la nostalgia sin caer en sentimentalismos y cómo su mirada crítica hacia la aristocracia rusa no resta humanidad a sus personajes. Personalmente, quedé maravillada con la manera en que la autora teje las emociones de sus personajes y los enfrenta a la pérdida y la soledad.
Irène Némirovsky nació en Kiev en 1903 en el seno de una familia acaudalada que huyó de la revolución bolchevique para establecerse en París en 1919. Hija única, Irène recibió una educación exquisita, aunque padeció una infancia infeliz y solitaria. Años antes de obtener la licenciatura en Letras por la Sorbona, su precoz carrera literaria se inicia en 1921. Pero su salto a la fama se produce en 1929 con su segunda novela, David Golder, la primera que vio la luz en forma de libro. Fue el inicio de una deslumbrante trayectoria que consagraría a Némirovsky como una de las escritoras de mayor prestigio de Francia. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial marcó trágicamente su destino. Denegada en varias ocasiones por el régimen de Vichy su solicitud de nacionalidad francesa, Némirovsky fue deportada y murió asesinada en Auschwitz en 1942, igual que su marido, Michel Epstein. Sesenta años más tarde, el azar quiso que Irène Némirovsky regresara al primer plano de la actualidad literaria con el enorme éxito de Suite francesa, su obra cumbre, descubierta casualmente por sus hijas, publicada en 2004 y galardonada a título póstumo con el premio Renaudot, entre otras muchas distinciones.
Nieve en otoño de Irène Némirovsky es el tipo de novela que se leen y dejan un impacto duradero. No solo me ha conquistado, sino que ha despertado en mí las ganas de seguir explorando la obra de Némirovsky. Es una joya que recomiendo a quienes disfruten de historias llenas de sensibilidad, melancolía y profundidad.
¿Lo habéis leído vosotros?
Editor: Salamandra
Fecha de publicación: 2010
Colección: Narrativa Extranjera
Nº de páginas: 96 págs.
ISBN: 9788498383102
Precio: 11,40 €
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